Three Poems by Raquel Salas Rivera
la comay vuelve
a preguntarnos qué hacíamos en la escuela,
qué hacíamos en las playas, de qué está
hecha nuestra agua, si tiene tiburones,
si sabemos realmente nadar.
hace sonidos de cuacuac,
ríete, demanda,
y se ríe por mí cuando la miro
sin abrir la boca al corazón.
su risa, como un pastizal,
llega hasta mi garganta y me ahoga.
su risa, como un vertedero,
inunda mis pulmones.
su risa, como un ancestro,
irrumpe en mi oración y dice:
en esta casa, no queremos patos.
en esta casa, no aceptamos los enemigos
del pueblo.
su risa, bochinche de plaza,
discurso de pastor,
castigo paterno en caja materna,
cría mis terrores, sus mejores muebles,
en la sala donde todas las tardes me interroga,
donde todas las noches me vela,
panopticon mayagüezano.
la comay vuelve a un pueblo ajeno
para atender funerales de conocidas.
nadie ve su cara, pero
nos parece apropiado
cuando se ríe tan agudamente
que suena a llanto.
la comay comes back
asking what we were doing at school,
what we were doing at the beach, what
makes our water, if it has sharks,
if we really know how to swim.
she goes cuakcuak,